Hoy, aunque laboral e incluso ordinario para otros, para mí es día de fiesta.
Han venido a visitarnos unos compañeros, amigos de Onda.
Compartimos ayer emociones de buena F.P.
De la de siempre; de la que siempre ha de ser:
Urbano, como nuestro compañero Jesús, se jubila este año; de hecho viene jubilado... quiero decir y creer, con júbilo de comprobar que (modestia aparte) habemos quien le suceda en esta ardua labor de mantener dignificada nuestra labor docente.
Acompañaban a Urbano, César y Vicente; ellos siempre prácticos, me hicieron un montón de preguntas y plantearon cuestiones que lograron reafirmarme en porqué mi segunda gran vocación es la enseñanza.
¿La primera no la comenté aún? Hela aquí: desde bien pequeño, siempre quise ser "mecánico de aviones". Por aquel entonces (recordad que ya tengo una edad o, más bien, comprobadlo, no siempre hubo televisión, consolas, ordenadores, ¡móviles e Internet!...) y, por tanto, debía ser genial ser uno de los que hacían posible el humano y eterno sueño de volar. Por ello me dediqué al automatismo en la industria... para acabar siendo profesor de Sistemas Electrotécnicos y Automáticos.
Tranquilidad; ya no me enrollo más. A continuación unas fotos y un vídeo memorable.
Como inmemorable será, Urbano, todo lo que aprendí (y me esfuerzo en aprender) de ti.
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